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lunes, 4 de octubre de 2010

El inicio de la "desglobalización"

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Con los últimos acontecimientos mundiales en materia de migración, economía y tolerancia religiosa podemos afirmar que la “globalización” tan pregonada por pensadores y líderes políticos como un proceso unificador de mercados sociedades y culturas, cada día está lejos de ser cierto.
Los ejemplos del proceso mundial desunificador no dejan de cesar: problemas para la efectiva integración y estabilidad del nuevo modelo económico europeo (Unión Europea) con todos sus desequilibrios y asimetrías económicas, expulsión de inmigrantes por doquier, y los ya consabidos brotes de intolerancia religiosa, son algunos.
Otro ejemplo más reciente de la desunificación lo constituyó la medida inconsulta, prepotente y poco inteligente del presidente francés Sarkozy de expulsar a los gitanos que obligó a la Comisión Europea a la apertura de un procedimiento sancionador, puso a ese organismo multilateral en entredicho en cuanto a su capacidad y credibilidad.
En caso de que a Francia no se le sancione por ese caso y que en menoscabo de los otros 27 estados de la Unión Europea, se le otorgue un trato como decimos “con paños tibios” sería un golpe fatal a uno de los bastiones importantes de la globalización.
La globalización del llamado “mundo desarrollado” es una utopía forjada por los pensadores económicos y políticos de nuevo cuño. Ahora la paradoja actual es que ni los mercados están unificados, y sus sociedades son cada día más cerradas.
El “efecto Sarkozy” como le llamo a la intolerancia migratoria en Europa seguirá avanzando, no nos engañemos, sólo que el gobernante francés no esconde sus intenciones y las expone burdamente. Habrá que esperar más adelante si la Comisión Europea se la deja pasar, de ahí adelante se podría producir un “efecto dominó” en materia migratoria por el viejo continente.
Lo cierto es que ahora estamos en un proceso de “desglobalización” resurgente, con brotes inmoderados de xenofobia, nacionalismo e intolerancia religiosa, con extremismos tanto del lado cristiano como el del musulmán.
Estamos volviendo nuestros pasos a estadios de sociabilidad mundial humana que creíamos superados. Me pregunto si en algún momento de nuestra historia futura volveremos a hacer cruzadas contra el mundo musulmán, sólo que las nuevas “cruzadas” claro está, serán muy distintas a las anteriores.
Hoy contamos con un mundo que avanza hacia un proceso acelerado de desglobalización de sus modelos económicos, ideas e integración donde los extremismos y el triunfo de las ultraderechas están ganando terreno, una paradoja que aún nos falta por ver.